UN SUEÑO DENTRO DE OTRO SUEÑO

EL SER HUMANO TIENE LA HABILIDAD DE SOÑAR

LA GRANDEZA DE PODER AMAR

Y YO EH APRENDIDO AMBAS GRACIAS A TI.

Era una noche con una luna tan brillante no podía dejar de suspirar mientras pensaba en ti…  no podía dormir sabía que si llamaba pronto vendrías, tome el teléfono pero no me decidía a marcarte, la soledad la sentía cada vez mayor así que ya estaba marcando el numero, escuche tu voz tan dulce y cálida como siempre, te pregunte si podrías venir tu respuesta fue un sí.

La paciencia era cada vez menor, no podía dejar de caminar por aquel estrecho corredor, al fin sonó el timbre corrí enseguida a abrir la puerta, tu sonrisa me devolvió el alma al cuerpo, no hice otra cosa que no fuera abrazarte vaya si no es porque hacía demasiado frio pude quedarme abrazándote allá afuera contigo.

Tome tu mano y te invite a pasar, cerré la puerta caminamos hasta la sala y prendimos la televisión yo me refugiaba en tus brazos en lo que tu susurro al oído decía muchas veces te quiero mucho, la soledad había desaparecido a tu lado sentía como si nada me hiciera falta, te mire fijamente a los ojos, tus labios se acercaron lentamente, surgió nuestro primer beso, tome tu mano y recosté mi cabeza en tu hombro, tus tiernas palabras dichas con tanta dulzura al oído no hicieron otra cosa más que hacerme pensar el cómo pude vivir tanto tiempo sin estar a tu lado.

Me besaste la mejilla, yo gire la cabeza y me puse de frente a ti, tu sonrisa era tan cautivante, te di un beso en tu mejilla también tú te acercaste un poco mas pegando tu frente a la mía, cerré mis ojos en ese instante y sentí tu respiración tan cerca, tu nariz ahora permanecía pegada a la mía y suavemente tus labios rozaban los míos, tu cabeza se inclino y comenzó aquel beso tan dulce, tan lento en cada segundo me robabas el aliento, me abrazaste y me susurraste al oído que siempre estarías conmigo no hice otra cosa que no fuera sonreír.

Te levantaste y me pediste que esperara un momento, saliste hasta tu carro, trayendo de vuelta un par de cobijas, saliste al patio y colocaste una extendida en el piso, entraste corriendo y me tomaste de las manos, al fin Salí contigo al patio y me invitaste a ver la luna y las estrellas que parecía que cada segundo brillaban mas, o quizás solo era mi imaginación pero esa noche sin duda era muy especial.

Me recosté en aquella cobija y a tu lado te recostaste tú, pasaste tu brazo debajo de mi cabeza, tú sonreíste y con la segunda cobija nos tapaste a ambos, no podía imaginar mejor noche, estaba a tu lado mirando las estrellas soñando con que nunca te fueras de mi vida.

Pasaron los minutos, tus dulces te quiero, tus tiernos besos, tus cálidos abrazos hicieron que yo me quedara dormida por un instante, gire un poco y te abrace con fuerza, tu sonrisa fue evidente porque aun en sueños podía sentirla, recostaste mi cabeza sobre tu pecho, me tapaste nuevamente con la cobija y me abrazaste besando mi frente diciendo dulces sueños mi princesita, poco a poco Morfeo también te llevo al mundo de los sueños, yo simplemente soñaba con cada beso tuyo, es que debo confesar que cada uno de ellos me hiciera amarte un poco más.

El sol comenzaba a salir, sus rayos nos pegaban directamente al rostro, abrí los ojos y pude mirarte a mi lado en ese momento pensé que no solo había soñado si no que en verdad estabas conmigo, segundo después abriste los ojos y me diste los buenos días, te acercaste un poco más a mis labios y besaste suavemente mientras me tomabas de las manos, te levantaste y me ayudaste, fuiste a la cocina y serviste un plato de cereal con leche enorme sonreí y  pusiste en el dos cucharas, parecíamos niños chiquitos, dándonos de comer en la boca como si fueran trenecitos o avioncitos, esa forma de ser me hacia apreciar las cosas buenas de la vida, es mas sentía que estando a tu lado nada me podría importar, te abrace fuertemente y te comencé a besar, tu correspondiste al beso, pero cuando estaba a punto de decirte cuando te quería sonó el despertador y me di cuenta que solo había sido un sueño que más tarde se llevaría a la realidad.